Propiedades saludables del Higo


El verano es la época natural de los higos. Esta fruta, dulce y carnosa, es la que posee mayor cantidad de calcio. También es rica en hierro, potasio y magnesio, y aporta una cantidad importante de betacaroteno, vitaminas del grupo B y vitamina C. 
Se recomienda en caso de anemia, convalecencia, dietas de adelgazamiento y estreñimiento. Tradicionalmente los higos se han utilizado como fuente de energía y estudios recientes otorgan además a los higos propiedades anticancerígenas, gracias a una sustancia denominada benzaldehído. Existen más de 700 variedades, pero en España se cultivan tan sólo una docena de ellas.  Cuanto más oscuro es el color, más dulce es el sabor, aunque los verdes, de piel más fina, son más sabrosos.

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La Medicina Tradicional China


La medicina tradicional china, una ciencia que nos lleva más de 4.000 años de ventaja, considera que los procesos naturales no ocurren por azar, sino que siguen de forma evolutiva las llamadas cinco fases de la energía que se corresponden con cinco elementos. Estas fases son siempre cíclicas y se pueden reconocer en todos los fenómenos naturales. Las estaciones se suceden de forma ordenada y constante, así como el crecimiento y el desarrollo de los seres vivos.
De la misma forma que las plantas pasan de semilla a fruto, en relación directa con las estaciones, la vida del ser humano presenta unas fases que podemos equiparar a este mismo proceso: el invierno corresponde al feto, la primavera al bebé, el verano al adolescente, el final del verano (o estación intermedia) al adulto y el otoño al anciano.
A los occidentales, la relación entre los cinco elementos nos puede parecer esotérica, pero lo cierto es que tienen una explicación mucho más profunda.
Hoy día vivimos al margen de la naturaleza. En nuestra vida cotidiana no seguimos el orden natural y por eso el desequilibrio que experimentamos desemboca en diferentes enfermedades que, en la mayoría de los casos, pueden curarse requilibrando nuestro organismo según las leyes fundamentales de la naturaleza. Esto no es difícil, y con un poco de sentido común podemos conseguir que nuestro cuerpo vuelva al orden natural sin tener que ir a contracorriente.
Una de las teorías más importantes de la medicina china afirma que las energías que gobiernan los ciclos de cambios se hallan reproducidas dentro del organismo humano. Las cinco fases que rigen el cambio estacional también dirigen los cambios en nuestro organismo.
Cada una de estas fases está asociada a un elemento (Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua) y éstos a su vez, a una estación determinada, regida por un color, un olor, un tipo de alimento, etc.
Así, en el final del verano o estación intermedia, el elemento regente es la Tierra, que tiene como órgano asociado el Bazo y Estómago, como entraña el Páncreas, el color amarillo, la humedad en el clima, el sabor dulce, la preocupación como expresión negativa y la reflexión como expresión positiva.

Los Flavonoides protegen cerebro


Reducen el deterioro asociado al envejecimiento

Las personas que tienden a consumir una buena cantidad de flavonoides a través de los alimentos de su dieta, se están protegiendo de la pérdida de función cerebral que puede producirse durante el envejecimiento, según un estudio realizado por el Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica, con sede en Burdeos (Francia). Los flavonoides son antioxidantes que están presentes en los vegetales para protegerlos de los agentes atmosféricos. Algunas de las fuentes más abundantes de estas sustancias son las coles, las bayas o el té verde. El estudio francés siguió la alimentación de 1640 hombres y mujeres sanos de 65 años o más durante una década y concluyó que las personas con el mayor consumo de frutas y verduras mostraron una mejor conservación de la función cerebral, al margen de su sexo o nivel educativo. El daño oxidativo está presente en el Alzheimer y el deterioro cognitivo.

Para mantenerse sano es recomendable aumentar el consumo de frutas y verduras (aportan antioxidantes, fibra y nutrientes importantes, como vitaminas y minerales), en vez de consumir suplementos vitamínicos. Una alimentación con estas características no sólo protege el cerebro sino que reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y cáncer.