Tres alimentos que activan el metabolismo

Además del ejercicio físico, introducir cambios en la dieta es imprescindible para acelerar el metabolismo. En general conviene evitar los hidratos de carbono de absorción rápida e introducir algunos estimulantes.

Te verde. El té verde son las hojas de la planta del té, simplemente secadas y sin fermentar. En muchas poblaciones de Asia se consume una o varias veces al día y no se han observado efectos indeseables. Los estudios indican que la epigalocatequina del té verde es un buen complemento en el tratamiento de la obesidad, ya que puede incrementar el metabolismo calórico y la degradación de las grasas. La dosis puede variar entre una y seis tazas diarias, calculando que cada una aporta unos 80 mg de cafeína y una cantidad equiparable de polifenoles con acción medicinal. Además previene la aterosclerosis, el cáncer y los eritemas de la piel, y mejora la atención.

Garcinia. Su ácido hidroxicíctrico (hasta un 50% de su peso) modifica la velocidad metabólica y aumenta el gasto energético. También parece ser que la garcinia interfiere sobre los ácidos grasos reduciendo su capacidad de acúmulo en el tejido graso del organismo. Existe alguna evidencia científica que nos indica además que el consumo de garcinia reduce moderadamente el apetito. Se utilizan dosis de 1 g. de dos a cuatro veces al día.

Fucus. Se utiliza por su alto contenido en yodo (600 mcg cada gramo de planta), que permite estimular la tiroides. En razón a su alto contenido en yodo no está recomendada en personas que padecen hipertiroidismo, pero también es uno de los complemento habituales en las fórmulas vegetales para el tratamiento de la obesidad. Su discreto contenido en fibras solubles, especialmente mananos, hace que pueda reducir, aunque sea ligeramente, el umbral de la saciedad y reducir el apetito. Las dosis usual en estos casos es de 2 a 5 g. diarios en forma de cápsulas, extractos o tisanas.

Cúrcuma, combate el dolor y la inflamación

Un potente antioxidante que además estimula el apetito.

La cúrcuma es la raíz de la planta con la que se prepara el polvo de curry y se utiliza para colorear los alimentos y aportarles un sabor inconfundible. Posee propiedades terapéuticas de gran valor, ya que su principio activo, la curcumina, es un poderoso antioxidante.

- Estimulante del apetito. Facilita la producción de ácidos en el estómago y con ello la sensación de hambre. Favorece las digestiones de las comidas pesadas y evita la hinchazón. Conviene utilizar la especia en tintura o comprimidos, media hora antes de la comida y la cena.

- Antioxidante. Gracias a sus sustancias polifenólicas, es un poderoso antioxidante, situándose al nivel de las vitaminas A, C y E, y por tanto, previniendo el envejecimiento prematuro de las células frente a la acción del exceso de radicales libres producidos por nuestro organismo.

- Para hígado y vesícula. En la medicina ayurvédica y en la tradicional china se utiliza como reconstituyente del hígado y vesícula biliar, así como en los dolores y trastornos menstruales. Hoy en día se ha demostrado que la curcumina fluidifica el líquido biliar, a la vez que inhibe la proliferación del virus de la hepatitis y evita su fusión con las células.

- Antiinflamatoria. Constituye un tratamiento alternativo de valor sobre los procesos artríticos, logrando un importante alivio del dolor.

- Fibrosis quística. Por último, la cúrcuma se ha revelado como una terapia de gran valor en el tratamiento de la fibrosis quística, una enfermedad crónica que afecta fundamentalmente a las vías respiratorias. Colabora en la expulsión de la mucosidad acumulada y mejora la calidad de vida del enfermo.

- Precauciones. No deben tomar cúrcuma aquellas personas que padezcan de úlcera gastroduodena activa. Además, los enfermos de obstrucción severa de las vías biliares deberían consultar a su especialista antes de tratarse con cúrcuma.

Dosis. En los casos en los que deba utilizarse como tratamiento prioritario, se puede tomar una dosis media de 2 g/día, o en tintura 40 gotas diluidas en agua tres veces al día.

La cúrcuma puede tomarse añadida a ensaladas, guisos y estofados.

Cómo prevenir la pérdida ósea

Cambios saludables en la dieta y el tipo de vida pueden ayudar a mantener los huesos en buenas condiciones y evitar, por ejemplo, la osteoporosis.

- Seguir una dieta con abundancia de cereales integrales, hortalizas, legumbres, fruta de temporada y frutos secos.
- No conviene abusar de alimentos ricos en proteínas, pues su consumo excesivo puede acelerar la pérdida ósea. Las proteínas son ricas en nitrógeno y fósforo, y para compensarlo el organismo tiende a extraer calcio del hueso. Es preferible mantener una ingesta proteica no superior a 100 gr/día.
- Aumentar el consumo de productos a base de soja. La soja contiene sustancias llamadas fitoestrógenos, que ejercen un efecto muy positivo sobre la calcitonina en el metabolismo del calcio, lo que protegería frente a infecciones óseas como la osteoporosis.
- Restringir la ingesta de bebidas alcohólicas, cafeína y azúcar, ya que contribuyen a eliminar el calcio del organismo.
- No beber regularmente bebidas gaseosas o de cola. Además de su elevado contenido en azúcar, suelen contener fosfatos que tienden a "robar" calcio a los huesos.
- Practicar ejercicio regular y moderado, siempre adaptado a cada edad, es positivo para los huesos. Dinamiza músculos y esqueleto, activa el sistema cardiovascular aumentando la oxigenación (también a nivel óseo). Las mujeres que han practicado deporte en su juventud tienen un riesgo menor de sufrir osteoporosis.
- Hay que evitar los movimientos bruscos, las cargas excesivas y posturas inadecuadas

Ventajas de utilizar terapias naturales


La medicina convencional busca ante todo la comodidad del paciente sin corregir a veces los hábitos que pueden favorecer la enfermedad. Las terapias naturales procuran estimular la propia capacidad curativa del organismo

Forma parte de nuestra cultura el no recurrir a los profesionales de la salud hasta que los problemas se agravan. Pero la salud debe cuidarse cuando aún nos sentimos bien, prestando más atención a los cambios de ánimo y a los síntomas físicos leves. Las terapias naturales pueden ayudar antes incluso de que la enfermedad se materialice. La amplia variedad de terapias hace posible que cada persona elija la más afín a ella.

La terapia nutricional. Es la manera más directa de preservar la salud del cuerpo proporcionándole los nutrientes que necesita en las cantidades apropiadas. Los médicos y terapéutas recomiendan dietas y suplementos a medida.

El uso de plantas es tan viejo como la humanidad y fueron utilizadas durante siglos hasta que se comenzaron a sustituir por sustancias creadas en laboratorios. Actualmente ocurre lo contrario: determinadas plantas se consideran en ocasiones más recomendables que algunos fármacos.

La homeopatía administra remedios tan sutiles e inocuos como poderosos tras observar el cuadro de síntomas físicos y anímicos del paciente. Esta medicina estimula la energía curativa del organismo y destaca en las dolencias con componente psicosomático.

La medicina china regula el equilibrio entre los diferentes tipos de energía que actúan en la naturaleza y en el organismo. La acupuntura es la técnica tradicional china más conocida, pero también se utilizan tratamientos dietéticos, masajes energéticos, plantas medicinales y ejercicios físicos.

Las técnicas corporales producen cambios en la estructura corporal, así como a nivel energético y anímico (las emociones se pueden ubicar en forma de bloqueo en cualquier parte del cuerpo). Existen unas 80 terapias corporales que permiten elegir en función de las circunstancias. (masaje, reflexoterapia, osteopatía...)