La dieta sostenible ideal debería estar compuesta por
alimentos ecológicos. Son los únicos cuya producción se realiza de acuerdo con
los ciclos naturales y sin contaminar la tierra ni las aguas. Estudios recientes
indican que las granjas ecológicas emiten la mitad de dióxido de carbono que
las explotaciones convencionales. Incluso gastan la tercera parte del gasóleo,
porque los trabajos con los tractores y otras máquinas son menos intensivos.
Las granjas ecológicas poseen aún más ventajas ambientales y
sociales. Según los expertos, favorecen la conservación de las variedades
locales de alimentos; reducen la erosión de los terrenos porque muchas se
asientan en lugares que no son aptos para los grandes monocultivos y quedarían
abandonados; crean puestos especializados de trabajo y refuerzan las economías
locales.
Son preferibles los alimentos locales, de pequeños
productores, que aseguran la sostenibilidad, que no se conserva en aquellos
productos que, aunque con sello ecológico, pueden venir de las antípodas, con
el coste ambiental que eso conlleva.
Los alimentos ecológicos de origen local, además de ser
equilibrados en nutrientes y sustancias beneficiosas para la salud, son más
sabrosos. Sus cualidades están especialmente recomendadas para niños y mujeres
embarazadas, más vulnerables al efecto tóxico de los plaguicidas químicos
No hay comentarios:
Publicar un comentario