Catarros, gripes, alergias, migrañas, dolores musculares,
molestias menstruales, espasmos gastrointestinales, gases o pequeñas
hemorragias y eccemas son dolencias frecuentes que bien pueden ser aliviadas
con ayuda de esta alternativa natural a los fármacos.
Visitar un herbolario, informarse bien sobre las
aplicaciones de las plantas medicinales y de otros remedios naturales, es una
buena forma de recuperar el contacto con la naturaleza y el saber de nuestros
antepasados. Pero, además, el poder terapéutico de las plantas está avalado por
estudios científicos de alto rigor, no en vano muchos medicamentos de uso
corriente proceden de sustancias aisladas de principios activos de las plantas.
Y en este campo aún es mucho lo que queda por descubrir.
Infusiones de poleo o manzanilla para la digestión, infusión
de betónica o matricaria para la migraña, extractos de cola de caballo y gayuba
para las infecciones urinarias, baños de rusco y meliloto para las varices, o
vaporaciones de mirto y eucalipto para alergias y gripe son sólo una minúscula
muestra de las enormes posibilidades de los remedios herbarios.
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