Resultan
imprescindibles para gozar de buena salud.
Pertenecientes al grupo de las vitaminas hidrosolubles, las
B comprenden un amplio espectro de micronutrientes, de modo que se pueden
encontrar desde la B1 a la B12, cada una cumpliendo una función en el
organismo.
Se ha de tener en cuenta que algunas de estas vitaminas se
complementan con otras y por tanto un aporte único o excesivo de una vitamina
en concreto puede causar desequilibrios internos. La combinación más importante
es la que une las vitaminas B1, B2, B6, B12 y ácido fólico (B9), aunque pueden
unírsele con buenos resultados de B3 (niacina) y la B5 (ácido pantoténico.)
Indicaciones:
-
Trastornos
del sistema nervioso: ansiedad, nerviosismo, insomnio, depresión, confusión
mental… En este caso la combinación más efectiva será la compuesta de B1, B6 y
B12.

-
Síndrome
premenstrual: la vitamina B6 reduce los síntomas desagradables de la
menstruación: retención de líquidos, dolores, náuseas, cambios de humor…
-
Malformaciones
del feto: de 5 a 10 gr de ácido fólico diarios pueden evitar que el bebé
nazca con espina bífida u otros problemas graves del sistema nervioso. También ayuda
a prevenir y tratar el decaimiento y la depresión.
-
Salud de
cabello, dientes y uñas: la vitamina B5 (rivoflavina) mejora el estado de nuestro
pelo y uñas, a la vez que reduce el índice de caries dentales. Su carencia
provoca el síndrome de los “pies ardientes” y la caída del cabello.
Dónde conseguirlas:
La levadura de
cerveza, el pescado azul, la melaza,
los cereales integrales, las judías mungo, el germen de trigo, el pollo, el yogur o las setas son alimentos
ricos en vitaminas del grupo B. La toma de suplementos de estas vitaminas no
tiene efectos secundarios ya que el organismo las elimina fácilmente y no se
acumulan.
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