Qué pueden curar las terapias naturales




En realidad, ningún sistema médico es idóneo siempre para tratar todas las enfermedades. Se reconocemos que la medicina convencional no tiene igual a la hora de salvar un accidentado en carretera o intervenir quirúrgicamente una grave cardiopatía, por citar ejemplos conocidos, no es menos cierto que ambulatorios y hospitales están llenos de enfermos crónicos (dermatológicos, alérgicos, psicológicos…) a los que no se puede prescribir un tratamiento adecuado a largo plazo.

Las terapias llamadas naturales no son panaceas, pero tienen la ventaja de no provocar normalmente efectos secundarios nocivos. Consideran, asimismo, que no hay enfermedades sino enfermos.

También cada una de ellas tiene unas características que la hacen más indicada en unos problemas que en otros. Así, la Medicina Naturista clásica, que aconseja cambios en la alimentación y el modo de vida, mejora muchas enfermedades (eccemas, dolores reumáticos, trastornos digestivos) derivadas de un acúmulo de sustancias tóxicas en el organismo.

La Homeopatía, por su parte, alivia de modo especial a los niños con episodios recurrentes de patología respiratoria o a las personas con trastornos psicosomáticos, por citar sólo una par de ejemplos. La acupuntura, aun teniendo capacidad para regular energéticamente diversos órganos y funciones, se hizo popular solo debido al tratamiento del dolor.

De modo que si a veces es adecuado compaginar la medicina natural con la oficial, también es posible combinar en ocasiones diversas terapias naturales.

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